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Cada día hago menos y soy más

Un churro de vecina

Un mal sueño me empuja a despertarme. Aún reciente me levanto para asomarme a la ventana y ver al churrero trabajar. Con el destemple del descanso coartado voy hasta la cocina en busca de aliento, y un vaso de leche se presta como el mejor de los candidatos. El mareo pronto me da los buenos días, y por una vez, me alegro de que ocupe mi pensamiento aún viciado. La química del cerebro se va de puente dejándome a mí todo el trabajo por hacer.  Qué suplicio. Las hormonas se meten hasta con mi oído interno, pero lo hacen con contrato temporal a horas convenidas. Pronto las finiquitarán.

Suena el timbre de la puerta. Dejo mis pensamientos figurados junto al desayuno y arrastro mi cuerpo hasta la mirilla. Abro.

 

-¡Enhorabuena , hija! Ay!, no sabes la alegría que me has dado!

- Hola Mercedes, Buen día (siempre pienso, centésimas antes, en la marca de coches para dirigirme a ella sin equivocación) Me coges almorzando- y sonrío, por no saber qué añadir.

-Que me he enterao por la Beatriz, la del 7º, la que toca el piano. Ay!, qué bien!!

Qué es lo que traes? A ti no te va a pasar como a la de al lao- me apunta, reclinando la cabeza con la ceja arqueada hacia el 6º 4ª- A ella ni se le notó!, Como ya estaba tan gorda de antes,  dio a luz sin que nadie se enterase de que estuviera preñada, y claro, como tampoco se parece a ninguno de los 2, tan rubito él, con esos rizos, y esos ojos verdes tan gordotes-recuerda la mujer fijando su mirada en mis pies descalzos- pues todo hacía pensar que era adoptao, pero desde luego que con los gritos que le llegan a pegar al pobre crío, los de asuntos sociales poco trabajo iban a tener para retirarles la custodia. Así que el niño es de ellos, bueno, de ella, porque el chaval poco pinta, con lo saboría y malasombra que es la pobre.

-Hombreee, Mercedes…- sacudo estas dos palabras de mis cuerdas más afinadas, consciente de que nada de lo que diga puede atravesar el bloque de vacío que nos separa.

 

Cuando alguien obra de manera desdeñada hacia otro, tiene un motivo más allá del aparente. Cuando alguien saca conclusiones sobre lo que uno es en función de cómo actúa, lo hace siempre bajo su singular forma de pensar. Es ésta la verdadera esencia que nos diferencia a las personas. La complejidad del entramado de maneras de ser está garantizado, por banal que sea lo que al final se formule.

La extraña conversación-monólogo de mi vecina me la tomo como un sudoku emocional y no como una ofensa con la que yo deba alterarme, aliarme, mofarme, alegrarme.

Cierro la puerta con el mismo sigilo con el que no la debí abrir y me vuelvo hasta la cocina. Un olor a buñuelos ha decidido entrar por la ventana e invadir uno de mis sentidos más tocados por el embarazo.

 

Caliento de nuevo la leche para dar paso a un pensamiento nuevo: el de mojar un buen churro en ella...

9 comentarios

yolijolie -

La tremenda es mi vecina, creeme John Manuel...
Un abrazote

John Manuel Silva -

Este relato está tremendo, me gustan las historias que saben combinar con maestría la anécdota con la reflexión. Tremendo escrito.

yolijolie -

Hola Carvalho,
no son más que sensaciones que tienen el santo atrevimiento de convertirse en palabras bajo el poco mando de ésta que escribe. De verdad que si no fuera por lo desvergonzadas que son no lo haría.
Las piernas sí, son mías y del que las mira también.

Suleiman.... tú eres tan incondicional que no te voy a hacer inciso alguno, ea!:-D

Buen día,
Yoli

Carvalho -

Llego aquí de rebote en la elástica superfície del cuaderno de Suleiman. Me ha impresionado lo absorbente de tus reflexiones, tu sensibilidad para el paisaje y, debo admitirlo, las piernas que intuyo son de la autora, paisaje lleno también de sensibilidad.

Suleiman -

Comparto con el resto de "contertulios" la ilusión por tenerte de nuevo colgando tus escritos por aqui, no dejes de hacerlo, por favor, me gusta leer, y me gusta leerte.
Un abrazo!

yoli -

Vuestros comentarios son, con creces, lo mejor.

Os mando un cóctel de besos infinitos, cuidados a borbotones y toda la paz que anheléis.
Añadidle una pizca de novedad e ilusión al gusto. Agitar antes de sentir.
Que bebáis un buen día,
Yoli

Mª del Mar -

Comparto la opinión, te echaba de menos... Es una alegría encontrarte, ingeniosa como siempre, cuando, al llegar esta hora de paz y tranquilidad, con todo ya hecho, en la que acostumbro a visitarte en busca de novedades que me hagan sonreir, pensar... antes de dedicar un ratito a la lectura (o a cosas no tan edificantes como ver la tele ups!) No dejes de hacerlo nunca.

Ali -

me alegro volver a leer una de tus peculiares aventuras de estar por casa....
Como has visto en este micromundo que has creado todos te echaban mucho de menos.
Yo echo de menos tu horchata en la biblioteca...
un beso para mi yerno.
Cuidate.

antoniaiam -

Por fin!!! Pensaba que te habías fugado o algo así!!! Qué alegría volver a catar uno de tus escritos con esa particular visión de la realidad tan... tan... particular. Un beso infinito.