De cine
Un monumental falo me penetra el esfínter y un gustoso dolor brota de mi garganta en forma de palabras guarras. El olor a sexo me ablanda las piernas y me despeina. Lo estoy haciendo muy bien. El anzuelo de su pulgar en mi desgastada boca me enloquece y mi lengua busca chuparlo con los ojos mojados. Estoy mareada de tanto gemir. Mi piel, maleada por sus manos y el deseo, aplastado contra su tieso taladro que engullo sin aliento de una vez. Llaman a la puerta. Me pongo de pie, me cruzo la bata y voy hasta el recibidor descalza. A tientas echo la llave y vuelvo al sofá. Pesco el mando y cambio a La 2. Un Punset clarividente me habla del sol y las estrellas. He dejado de ser una joven prostituta en una orgía brasileña. El calor me ablanda los dedos y me acelera, y mi entrepierna elástica se sintoniza.
5 comentarios
Toronaga -
pau -
Lo que hace un mando a distancia...
Y vaya lío te llevabas. Ya no sabías donde tenías las piernas, los ojos y
yolijolie -
Qué bien que os sentéis en el sofá conmigo.
Salud,
yoli
superyo -
Alicia -